La alianza entre Ford y Red Bull comenzó a funcionar en el GP de Miami. El equipo de F1 utilizó diversos modelos de Ford como ‘automóviles corporativos’.

Desde un Ford Mustang para Christian Horner a los mastodónticos 4×4 de Sergio Pérez y Max Verstappen. Y no se trata de modelos ‘normales’, sino que han recibido ‘tratamiento’ por parte de Ford Performance.

Como se sabe, Ford llegó a un acuerdo para ‘bautizar’ con sus nombres el futuro motor de F1 que está gestando Red Bull Powertrains.

Los responsables del equipo austríaco, con las nuevas reglas que entraran en vigor en 2026 que harán que los motores térmicos sean más sencillos y económicos quieren ser dueños de su destino.

Con las reglas actuales, ser equipo oficial de un ‘motorista’ resulta básico. Se pensó que Red Bull se alinearía con Porsche, pero las exigencias de los germanos en tener voz y voto en la realización del motor dio al traste con una alianza que se había dado por hecha en el paddock.

Red Bull buscaba un socio para afrontar la inversión y la propuesta iba de maravilla a Ford. Tradicionalmente, Ford ha llevado una política de apoyar a motoristas o constructores, pero sin implicarse directamente en lo que tecnología y desarrollo se refiere, o hacerlo sólo en algunos aspectos puntuales. Esto es lo que están haciendo ahora con Red Bull: una situación más cercana a la de un patrocinio que a una ‘joint venture’.

De momento, el ovalo azul de Detroit ha comenzado a rentabilizar la inversión.

Fuente: soymotor.com

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