- El fundador de Tesla ha hablado en Twitter de cómo cree que acabará la guerra de Ucrania
El interés de Elon Musk por la geopolítica mundial le ha llevado a proponer un “acuerdo de paz” entre Rusia y Ucrania que un destacado diplomático ucraniano ha despachado con un escueto “vete a la mierda”.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, también ha hecho mofa del fundador de Tesla en respuesta a su sugerencia.
Este lunes, Musk preguntó en Twitter a sus 107 millones de seguidores si estarían de acuerdo con los siguientes términos de un hipotético tratado de paz:
- “Volver a hacer elecciones en las regiones anexadas bajo la supervisión de las Naciones Unidas. Rusia se retira si ésa es la voluntad de la población”.
- “Crimea es formalmente parte de Rusia, como lo ha sido desde 1783 (hasta el error de Khrushchev)”.
- “El suministro de agua a Crimea queda garantizado”.
- “Ucrania se mantiene neutral”.
Cuando habla de “error de Khrushchev”, Musk se remonta a febrero de 1954, cuando el entonces presidente de la Unión Soviética regaló Crimea a Ucrania en el 300º aniversario de su incorporación a Rusia.
Y con “volver a hacer elecciones en las regiones anexadas” el fundador de Tesla se refiere a los referéndums que Rusia ha impulsado en las regiones ocupadas de Donetsk, Lugansk y Jerson.
Como era fácil de prever, el gobierno de Ucrania no ha visto con buenos ojos la perspectiva de “mantenerse neutral” y aceptar por las buenas que Rusia se anexe su territorio.
El embajador de Ucrania en Alemania, Andrij Melnyk, ya le ha respondido: “Mi respuesta muy diplomática es que te vayas a la mierda”.
Incluso el presidente Volodímir Zelenski se ha permitido ironizar al respecto en su cuenta oficial con una encuesta donde pregunta a sus seguidores si prefieren un Musk que apoye a Ucrania o a uno que respalde a Rusia.
Sea como sea, el fundador de Tesla cree que su tratado de paz “es probable que sea el resultado final, con la incógnita de cuánta gente morirá hasta entonces”.
Ésta no es la primera vez que Elon Musk habla en Twitter sobre geopolítica. En la retina está el recuerdo de cuando en 2020 justificó los golpes de estado en Latinoamérica apoyados por Estados Unidos.
