Mientras buena parte de la industria automotriz en Estados Unidos repliega sus planes eléctricos ante una demanda más lenta de lo esperado, Scout Motors dio un paso decisivo: adquirió la mayoría de los materiales y piezas clave para sus dos primeros modelos —la pickup Terra y el SUV Traveler—, y eligió a PowerCo, la división de baterías del Grupo Volkswagen, como socio estratégico.
La jugada coloca a la startup del Grupo VW en una posición ventajosa, justo cuando PowerCo se alista a iniciar la construcción de su planta de 7.000 millones de dólares en St. Thomas, Ontario, prevista para entrar en producción en 2027. Será la única fábrica de celdas de VW en Norteamérica, y además abastecerá a otras plantas del grupo en la región.
Una apuesta contracorriente
Mientras fabricantes como Ford, GM y Stellantis ajustan sus planes eléctricos, Scout reafirma su hoja de ruta: lanzar Terra y Traveler desde su nueva planta en Blythewood, Carolina del Sur, a finales de 2027. “Estamos en una posición privilegiada para optimizar contenido de piezas en Norteamérica y EE. UU.”, señaló el CEO Scott Keogh, quien insistió en que el carácter de startup le permite a Scout diseñar la cadena de valor “desde cero”.
El movimiento no está exento de riesgos. El retiro del crédito fiscal federal de $7,500 en EE. UU. y la suspensión del subsidio de $5,000 en Canadá podrían afectar la demanda de eléctricos. La respuesta de Scout será ofrecer versiones de autonomía extendida (EREV), buscando convencer a consumidores que aún dudan en dar el salto total a la movilidad eléctrica.
El factor político-industrial
Keogh, ex director de Audi of America, enmarca el momento en un cambio estructural del mercado estadounidense. “Estamos ante probablemente el mayor giro de política industrial en una generación en EE. UU.”, afirmó, aludiendo al impulso por reindustrializar y proteger empleos.
La narrativa también tiene un matiz nacionalista: Scout, una marca con raíces históricamente estadounidenses, revive de la mano de VW para insertarse en un mercado que el grupo alemán no ha podido conquistar al mismo nivel que en Europa o China.
Reservas, ventas directas y tensiones
Scout asegura que sus pedidos en cartera rondan entre 130.000 y 140.000 reservas, con depósitos reembolsables de $100 desde la presentación de los modelos en octubre de 2024. El esquema de venta directa al consumidor promete modernizar la experiencia de compra, aunque ya ha generado disputas legales con concesionarios Audi y VW en EE. UU.
Lo que viene
La planta de Blythewood, ubicada cerca del puerto de Charleston, será la base de exportaciones y producción. Keogh no descarta futuros mercados como Australia o Sudáfrica, aunque la prioridad inmediata es cumplir con los plazos en Estados Unidos.
“Primero tengo que construir la fábrica, diseñar el coche y cumplir los tiempos. Cuando salga el primer vehículo de la línea, entonces hablamos de otros mercados”, sentenció.
Con baterías aseguradas y un discurso que combina industria, política y emoción, Scout Motors se coloca como un caso único: una marca “nueva” con ADN americano, respaldada por un gigante europeo que ve en EE. UU. su mayor oportunidad de reimpulsar la electrificación.