Segundo en la primera ronda de la temporada 2025 en San Petersburgo (Florida), Scott Dixon lleva un cuarto de siglo conduciendo la IndyCar, manteniendo un alto nivel de excelencia y con la mirada puesta en un séptimo título. ¿Pero cómo lo hace?

Si Chip Ganassi Racing, para el que toca desde 2002, fuera una banda, Scott Dixon sería sin duda su metrónomo. La fuerza silenciosa e invariable, siempre ahí en el momento justo, en el ritmo justo. Pero también sería el cantante principal, un auténtico capitán de carretera y, aparentemente, irremplazable. Aunque un tal Alex Palou no se limita al papel de corista, dos cantantes pueden coexistir perfectamente en un grupo… Dixon también sería el guitarrista, capaz de solos salvajes, o el bajista, punto de referencia para todos los demás instrumentos. ¡Como pueden ver, Scott Dixon es como una navaja suiza!

Sin embargo, cuando un joven neozelandés de 19 años, con pelo rubio oxigenado, llegó al paddock de CART (Championship Auto Racing Teams), el nivel más alto de las carreras de monoplazas estadounidenses en 2001, pocas personas se dieron vuelta cuando pasó. Trabaja para el modesto equipo PacWest Racing y sus patrocinadores no tienen prisa en financiar su programa. Además, sus socios prefirieron probar la aventura en América antes que en la F3 británica, ya que Europa exigía presupuestos mucho mayores. Dos años de entrenamiento en Indy Lights no fueron demasiados para aclimatarse a los óvalos, el terreno de juego mayoritario (en aquel entonces).

Foto: James Black Penske Entertainment:

Scott Dixon, del equipo de Chip Ganassi Racing, utilizó la magia del ahorro de combustible para ganar un caótico Gran Premio de Detroit.