A principios de 2022, el fondo PIF ofreció a Liberty 20.000 millones de dólares –unos 18.500 millones de euros al cambio actual– por hacerse con la F1. Es multiplicar por cinco lo que pagó en su momento –septiembre de 2016– Liberty para comprar la compañía, 4.000 millones de dólares, según ha revelado Bloomberg. Liberty dijo simplemente no, que no quería vender.
El negocio para Liberty parecía perfecto. 20.000 millones es una cifra bastante superior a los 15.200 millones que se suponen el valor de mercado de la compañía.
Arabia tiene cada vez más peso en la F1 y en el mundo del motor. Tienen inversiones en varios equipos o marcas matrices, como Aston Martin y McLaren. Aramco se ha convertido en patrocinador principal de la F1 y también está con Aston Martin. Y no sólo es sede de F1, Fórmula E y Extreme, sino que tienen el Dakar, tendrán MotoGP y una prueba del Mundial de Rallies.
Pero ello no parece ser suficiente. Arabia, a través de su fondo soberano PIF, quiso comprar la F1 a Liberty Media para tener el control total de la categoría.
El ‘no’ de Liberty, sin embargo, parece firme. Tienen grandes expectativas de crecimiento con la F1. La inversión que están realizando en Las Vegas para un GP espectacular es una buena muestra de ello. Las perspectivas de aumento de beneficios y de valor son lo suficientemente importantes como para no vender.
Pero Arabia no cederá. El siguiente movimiento, ya anunciado, es la intención de atraer a varios equipos para que tengan su sede en el país. Es algo que no será fácil, puesto que no sólo se trata de atraer a equipos, sino también personal cualificado y algunos proveedores. Pero todo es cuestión del dinero que pongan en juego.
Fuente: soymotor.com