Max Verstappen reconoció que su posibilidad de ganar el Gran Premio de Singapur se esfumó apenas en la salida. El neerlandés partió con neumáticos blandos, buscando sorprender a los líderes que arrancaban con compuestos medios, pero no logró avanzar posiciones y terminó firmando un segundo puesto que, según él, fue lo máximo posible en Marina Bay.

“Sabíamos que el interior era mucho peor para la salida y, por alguna razón, retrocedió un poco incluso comparado con el año pasado, así que es una pena”, explicó Verstappen. “Ya sabía desde ayer que sería muy difícil mantener la posición con los mismos neumáticos. Con la posibilidad de lluvia, apostamos por los blandos para intentar atacar en la curva 1, pero al no lograrlo, se convirtió en una carrera de gestión”.

El piloto de Red Bull admitió además que enfrentó problemas con los cambios de marcha y con el equilibrio general del monoplaza. “Tuve muchos problemas tanto al subir como al bajar marchas, lo que no ayudó. Probablemente el balance no estaba donde quería. Aun así, el segundo puesto fue lo máximo que pudimos hacer hoy”.

Incluso si su coche hubiera sido más dócil, Verstappen cree que el resultado no habría cambiado. “Aunque el balance hubiera sido mucho mejor, el segundo lugar fue lo mejor que podíamos conseguir si manteníamos esa posición en la primera curva. Es muy difícil adelantar aquí; cuando no hay coche de seguridad o incidentes, básicamente te quedas donde estás”.

Pese a la frustración, el tricampeón se mostró tranquilo respecto al rendimiento del RB21 y confía en retomar su nivel habitual en las próximas fechas. “En las últimas carreras hemos mejorado mucho. Tal vez tengamos que revisar algunas cosas que hicimos este fin de semana, pero no estamos perdidos. Hay aspectos que debemos analizar y espero que el próximo fin de semana podamos hacerlo un poco mejor”.