Apenas recuperado del revuelo que generó su sanción en el Gran Premio de Italia, Oliver Bearman volvió a poner sobre la mesa un viejo debate en la Fórmula 1: la consistencia en la aplicación de las sanciones. El piloto británico, que acumula 10 de los 12 puntos de penalización permitidos en su licencia, reclamó la presencia de comisarios deportivos permanentes para unificar criterios y evitar decisiones que, a su juicio, carecen de coherencia.

Bearman fue sancionado en Monza por una colisión con Carlos Sainz en la curva 4, un incidente que, según el parte oficial de la FIA, lo señala como principal responsable. La maniobra le costó dos puntos de penalización, elevando su total a una cifra preocupante de cara al final de la temporada. “Las reglas son las reglas, pero creo que esta sanción es difícil de aceptar”, declaró en Bakú. “En ese momento ya no tenía el control del auto; iba a toda velocidad hacia la curva y no tenía espacio. Me parece una decisión un poco dura”.

El joven de Haas, habitual compañero de Esteban Ocon en 2025, lamentó que el reglamento actual obligue a los pilotos a pensar en “tres páginas de instrucciones” en plena acción. “En esa fracción de segundo simplemente entras en la curva como te han enseñado. No puedes estar repasando el reglamento”, explicó.

Para Bearman, la solución pasa por profesionalizar el cuerpo de comisarios: “En un deporte de este tamaño, con la importancia y el dinero que mueve, si algo es aceptable en una carrera y no en la siguiente, deberíamos tener comisarios permanentes. La constancia es fundamental. No me gustaría su trabajo, porque nunca hay un final feliz, pero necesitamos decisiones uniformes”.

El británico reconoció que la acumulación de puntos lo obliga a modificar su estilo de conducción, incluso cuando siente que no ha cometido maniobras peligrosas. “Es culpa mía que me hayan penalizado, estés o no de acuerdo con las reglas. Pero es difícil de aceptar porque no nos enseñaron a competir así”, señaló. También recordó sanciones anteriores, como los cuatro puntos recibidos en Silverstone, que consideró más justificados que los de Mónaco o Monza.

El debate sobre la coherencia de las sanciones se reaviva en una temporada marcada por otros fallos polémicos, como la anulación de la sanción a Sainz en Zandvoort. Para Bearman, ese caso demuestra la necesidad de escuchar más a los pilotos: “En muchos de estos incidentes, si hablaran con nosotros, estaríamos de acuerdo sobre qué se debe sancionar y qué no. Cada situación es única y las directrices actuales no siempre encajan”.

Con su próximo respiro previsto para el GP de Brasil, donde recuperará dos puntos en su licencia, Bearman afronta las próximas carreras con un objetivo claro: mantenerse en pista sin sumar más penalizaciones, mientras la FIA sigue bajo la lupa por la falta de consistencia en sus decisiones.