En Williams reina la calma frente a los temores por la nueva normativa de 2026 en la Fórmula 1. Mientras varios pilotos han expresado su incomodidad con los monoplazas híbridos y la aerodinámica activa en el simulador, James Vowles y Alexander Albon aseguran que todo es cuestión de adaptación.
“El primer test fue difícil, pero a la cuarta vez ya no hubo discusión: se había convertido en la norma”, explicó Vowles, director del equipo de Grove. “Será distinto a lo que hemos usado antes, pero nos acostumbraremos”.
Albon coincidió: “Es tarea del piloto. No creo que nuestras vacaciones de invierno sean tan relajadas como antes, porque tendremos mucho más trabajo en el simulador. Vamos a necesitar más preparación para entender cómo funciona todo”.
La nueva era de la F1, con mayor hibridación y flexibilidad energética, no solo obligará a los pilotos a intensificar entrenamientos, también a los equipos a reorganizar la carga de trabajo en sus fábricas. “Aún tenemos seis meses por delante, y confío en que podremos simplificar el manejo del coche para los pilotos”, agregó Vowles.
Lejos de pensar que la normativa complicará las carreras, el británico incluso se mostró optimista: “Con las diferencias de velocidad en recta y la gestión de energía, creo que los adelantamientos podrían ser más fáciles, no más difíciles. Los pilotos tendrán más herramientas que ahora”.
Williams mira más allá del 2025
El presente ya es positivo para Grove: marchan quintos en el Mundial de Constructores con una ventaja de 62 puntos, lo que podría significar su mejor resultado desde 2017. Pero el verdadero objetivo se proyecta hacia 2026.
Vowles sabe que una transición de reglamento suele abrir oportunidades, como ocurrió en 2014 con la llegada de los híbridos, cuando Williams volvió a los podios. La apuesta ahora está en consolidar una base técnica sólida y aprovechar la curva de aprendizaje antes que sus rivales.
“El reto es enorme, pero si seguimos este camino podemos estar en la pelea con equipos que hoy parecen inalcanzables”, señalan desde el equipo. Para Williams, 2026 no es solo un cambio de normativa: es la posibilidad de confirmar que su reconstrucción ya no es promesa, sino realidad.