Aunque no siempre se vea a simple vista, la inteligencia artificial (IA) ya está transformando la industria automotriz desde adentro. Desde gigantes como Ford, GM y Tesla hasta concesionarios como Fox Motors o plataformas como Openlane, todos están apostando por integrar la IA en sus operaciones diarias. ¿El objetivo? Ser más eficientes, prevenir errores, personalizar la experiencia del cliente y, claro, prepararse para el futuro.

Robots, sensores y mantenimiento predictivo: el caso Ford
Ford está llevando la IA al corazón de sus plantas. En Valencia, por ejemplo, un robot de cuatro patas (sí, como un perro) de Boston Dynamics recorre la fábrica como si fuera un inspector incansable. Tiene sensores que “ven”, “oyen” y hasta “sienten” vibraciones para detectar errores antes de que ocurran. También están usando IA para acelerar procesos de diseño que antes tomaban semanas. Literalmente, el tiempo es dinero.

GM, Nvidia y una fábrica que se autoevalúa
General Motors no se queda atrás. Con su nuevo director de inteligencia artificial a bordo y una alianza reforzada con Nvidia, está utilizando IA para hacer simulaciones virtuales de sus líneas de producción. Además, emplea modelos predictivos para mejorar la calidad del software, detectar errores en capas de pintura o sugerir a cada concesionario qué vehículos venderán mejor según su zona. Sí, como jugar ajedrez con una computadora, pero con autos.
Honda: IA al servicio de la seguridad
Honda apuesta por la IA para revisar las miles de reclamaciones que reciben a diario sobre posibles fallas graves (las llamadas de “rango A”). Antes, tardaban 13 días en identificar un problema serio. Ahora, con ayuda de modelos entrenados durante dos años, solo les toma 2. Más rápido, más preciso, y con una IA que nunca se cansa.
Tesla: IA física, taxis autónomos y robots en camino
Elon Musk asegura que Tesla es, ante todo, una empresa de inteligencia artificial. Desde su nueva supercomputadora Cortex 2.0 en Austin, la compañía está desarrollando taxis autónomos y robots humanoides llamados Optimus, que —según Musk— algún día trabajarán en fábricas y hasta en nuestros hogares. Hoy ya se están probando en sus propias plantas. ¿Futurista? Sí. ¿Real? También.

Aptiv: mirando más allá de la línea de producción
El proveedor Aptiv creó una herramienta con IA que monitorea la cadena de suministro en busca de posibles riesgos: desde catástrofes naturales hasta tensiones geopolíticas. También usan IA para responder más rápido a dudas técnicas y ayudar a cerrar negocios. ¿Un GPS inteligente para el caos del comercio global? Algo así.

Fox Motors: IA que escucha, responde y organiza
Este grupo de concesionarios usa la IA para todo: desde responder llamadas si nadie contesta, hasta analizar reseñas negativas y sugerir mejoras. Incluso gestiona chats con clientes potenciales, muchos de los cuales escriben fuera del horario laboral. ¿Resultado? Más tiempo para que los equipos humanos se enfoquen en lo que sí importa.
Openlane: subastas más inteligentes
Esta plataforma de compraventa de autos usados incorpora IA en sus inspecciones. Por ejemplo, usa Visual Boost AI para detectar daños en fotos que quizá pasaron desapercibidos y Code Boost IQ para traducir diagnósticos complejos a un lenguaje que cualquier cliente entienda. Todo para cerrar ventas más rápido y con mayor confianza.
Tekion y la próxima ola: inteligencia artificial agente
Tekion va más allá. Su agente de IA para concesionarios no solo automatiza tareas, también interactúa con clientes en tiempo real, genera videos explicativos y ayuda a cerrar servicios de mantenimiento más eficientemente. Una mezcla de IA predictiva y generativa que promete revolucionar el día a día en los talleres.
¿Qué viene después?
Esto es solo el comienzo. En un mundo donde los datos mandan, la inteligencia artificial está dejando de ser una herramienta opcional para convertirse en una necesidad. Las marcas que se adapten mejor, más rápido y con más audacia serán las que lideren el camino hacia una nueva era automotriz: más inteligente, más conectada y, quizás, más humana de lo que pensamos.