Mercedes-Benz ha revelado su más reciente vehículo de investigación: el ELF (Experimental-Lade-Fahrzeug, o Vehículo de Carga Experimental), una plataforma creada para explorar cómo será la carga de los vehículos eléctricos del futuro.
El ELF combina en un solo vehículo múltiples conceptos de carga, desde sistemas ultrarrápidos de nivel megavatio hasta soluciones inalámbricas por inducción, lo que permite a los ingenieros probar, comparar y optimizar diferentes tecnologías en condiciones reales. En palabras simples, es un laboratorio móvil que une la ingeniería automotriz con la investigación en infraestructura energética.
Carga a nivel megavatio y sistemas duales
El sistema de carga más potente del ELF utiliza el Sistema de Carga de Megavatios (MCS), originalmente desarrollado para camiones eléctricos y transporte pesado. Esta tecnología permite experimentar con niveles de potencia que superan el rango del megavatio, poniendo a prueba los límites térmicos y eléctricos de baterías, cables y electrónica.
Además, Mercedes integró el estándar CCS —habitual en vehículos eléctricos de pasajeros— optimizado para alcanzar hasta 900 kW de potencia, lo que equivale a añadir 100 kWh en apenas 10 minutos. Según la marca, los componentes empleados están casi listos para producción y tendrán un impacto directo en futuros modelos, incluido el Concept AMG GT XX, que recientemente marcó un récord de 1041 kW de carga máxima.
Energía que fluye en ambas direcciones
Otro de los puntos clave del ELF es la carga bidireccional, tanto en corriente alterna (CA) como continua (CC). Esta función permite que el vehículo devuelva energía a la red o al hogar, abriendo la puerta a aplicaciones como vehículo a hogar (V2H) y vehículo a red (V2G).
Con esta tecnología, un vehículo eléctrico podría alimentar una vivienda durante un corte de energía o servir como respaldo energético en zonas sin conexión estable. Mercedes planea ofrecer esta funcionalidad a partir de 2026 en Europa, estimando un ahorro medio de unos 580 dólares anuales por hogar mediante una gestión inteligente de energía solar y servicios conectados.
Carga sin cables: el siguiente paso
El ELF también pone a prueba sistemas de carga manos libres, tanto inductivos (inalámbricos) como conductivos automatizados.
La opción inductiva, basada en resonancia magnética, permite transmitir hasta 11 kW de potencia sin necesidad de enchufes, lo que promete mayor comodidad y durabilidad.
Por su parte, el sistema conductivo utiliza placas integradas en el suelo con una eficiencia equivalente, manteniendo el espacio libre y seguro.
Ambas soluciones apuntan a mejorar la experiencia de usuario y a facilitar la adopción de la carga doméstica en regiones donde los conectores físicos no son prácticos, como Asia y Sudáfrica.
Un paso más hacia la red inteligente
Más allá del vehículo, el proyecto ELF también impulsa el desarrollo de la infraestructura de carga. Mercedes colabora con Alpitronic, especialista europeo en carga de alta potencia, para crear un prototipo de cargador capaz de suministrar 1000 amperios mediante CCS, duplicando los estándares actuales del sector.
Con el ELF, Mercedes-Benz plantea un futuro donde los vehículos eléctricos no solo se cargan más rápido, sino que interactúan activamente con el entorno energético, aportando estabilidad a la red y eficiencia al usuario.
En palabras del propio proyecto, el ELF no es solo un experimento: es una visión práctica de cómo la carga, la energía y la movilidad pueden unirse en un mismo ecosistema.