Tesla ha anunciado una presentación de producto para el próximo 7 de octubre, y todo apunta a que se tratará de una versión más económica del Model Y, su SUV eléctrico más vendido. La noticia llega justo cuando el mercado de vehículos eléctricos entra en una nueva etapa de competencia tras la derogación del crédito fiscal federal de $7,500 en Estados Unidos.
El breve avance publicado por la marca en su cuenta de X (Twitter) muestra un disco giratorio con el logotipo de Tesla, seguido de un par de faros iluminando la oscuridad. Aunque algunos entusiastas especularon con la posibilidad de ver por fin al esperado Roadster, la mayoría de los analistas coincide: el teaser parece corresponder a una nueva variante del Model Y.
Imágenes filtradas en redes sociales, aún no verificadas, mostrarían un prototipo de pruebas con ligeras modificaciones exteriores y un interior simplificado.
Estrategia de reducción de costos
De acuerdo con el analista Sam Fiorani, de AutoForecast Solutions, la nueva versión buscaría ofrecer un precio inicial entre $7,000 y $8,000 por debajo del modelo base actual, que hoy comienza en $46,630 (con envío incluido).
Para lograrlo, Tesla eliminaría algunos elementos como el techo panorámico de cristal, además de simplificar los asientos, el sistema de audio, la batería y otros componentes. Según Fiorani, se trata de “una forma de tener un producto más accesible sin desarrollar un modelo totalmente nuevo”.
Aun con estas reducciones, el SUV mantendría una autonomía estimada de más de 400 kilómetros, suficiente para conservar su atractivo frente a rivales como el Ford Mustang Mach-E o el Hyundai Ioniq 5.
“Se canibalizará, pero impulsará el volumen del Model Y”, explicó Fiorani. “Básicamente, Tesla está cubriendo el vacío que deja la desaparición del incentivo fiscal”.
El plan de Elon Musk
El propio Musk adelantó en julio que Tesla ya había iniciado la producción piloto de un modelo de menor costo, y que su lanzamiento estaba previsto para el cuarto trimestre de 2025.
Este movimiento se alinea con los planes presentados en 2020, cuando Musk habló por primera vez del “vehículo de $25,000”, concebido a partir de una estrategia para reducir drásticamente los costos de las baterías.
Aunque el enfoque de Tesla se desvió temporalmente hacia su futura flota autónoma —con el Cybercab previsto para 2026—, la compañía habría retomado la idea de un vehículo de entrada basado en el Model Y, aprovechando su plataforma existente para acelerar la producción y contener los gastos.
Una respuesta directa al nuevo escenario del mercado
Con los incentivos federales fuera del juego, Tesla busca mantener el impulso de ventas del Model Y, que sigue siendo uno de los vehículos eléctricos más populares del mundo. Sin embargo, un modelo más barato podría presionar sus márgenes de ganancia y alterar el equilibrio de su gama actual.
A corto plazo, la estrategia apunta a sostener el volumen y atraer a compradores que podrían migrar hacia opciones más económicas de BYD, Hyundai o Chevrolet.
Pero a largo plazo, podría marcar el inicio de una nueva etapa de racionalización en Tesla: menos lujo, más accesibilidad y una ofensiva directa para recuperar terreno en un mercado eléctrico que ya dejó de ser exclusivo.