Jonathan Wheatley, director de Kick Sauber desde abril, encara con confianza uno de los retos más grandes de su carrera: liderar la transformación del equipo de Hinwil en el Audi F1 Team en 2026. Tras casi dos décadas como director deportivo de Red Bull, el británico asegura que la presión no lo intimida: “La presión ha sido parte de mi trabajo durante más de 30 años. He aprendido a convertirla en energía positiva”, afirmó a Sky Sports F1.

El paso a Audi no es solo un cambio de nombre, sino un salto de ambición. Wheatley lo define como un privilegio, y ya empieza a dejar huella en la escudería. Desde su llegada, el equipo vivió un momento histórico: el primer podio de Nico Hülkenberg en Silverstone, un impulso clave para lo que viene.

Consciente de que no basta con replicar los métodos de Red Bull, Wheatley subraya que lo fundamental es crear una cultura propia: “No se puede simplemente aplicar un proceso de una estructura a otra. Lo que sí se puede aportar es una filosofía, una cultura”.

El británico reconoce que trabaja con un grupo aún en construcción, con muchos ingenieros y técnicos recién incorporados a comienzos de 2025. Por eso insiste en la importancia de unir al equipo antes del gran salto: “Estamos al comienzo de un viaje. Este deporte se basa en el impulso, y ahora lo estamos construyendo”.

En lo inmediato, Kick Sauber marcha séptimo en el campeonato con 51 puntos, a solo uno de Aston Martin. Sin embargo, todo en Hinwil parece estar ya enfocado en un objetivo mayor: la llegada de Audi como fabricante independiente en 2026.