El esperado debut de Cadillac en la Fórmula 1 para la próxima temporada podría traer una sorpresa en su alineación. Aunque los rumores han vinculado durante meses al fabricante estadounidense con pilotos de IndyCar, todo apunta a que su segunda butaca podría ir a un talento emergente de la Fórmula 2.

Por ahora, el único nombre casi seguro es Sergio Pérez. El mexicano, que dejó Red Bull al finalizar la última campaña, cuenta con un enorme respaldo financiero gracias al apoyo de Carlos Slim y una afición fiel en México. Su perfil ha ganado fuerza tras las discretas actuaciones de Liam Lawson y Yuki Tsunoda en su antiguo asiento, lo que ha reforzado la idea de que el tapatío no fue el único responsable de los malos resultados en 2024.

Para acompañarlo, Cadillac mantiene conversaciones con Valtteri Bottas, actual piloto reserva de Mercedes, pero también explora opciones más jóvenes. Entre ellas, destaca Alex Dunne, revelación de la temporada de F2 con dos victorias y actualmente quinto en el campeonato. El irlandés ya dejó huella en su debut en F1 durante los entrenamientos libres en Austria, donde fue cuarto sustituyendo a Lando Norris. Sin hueco en McLaren para 2026, su cesión a Cadillac sería una oportunidad lógica para continuar su desarrollo.

No es el único candidato. Jak Crawford, segundo en el campeonato de F2 y exmiembro del programa Red Bull, también suena con fuerza. El piloto de DAMS, ahora vinculado a Aston Martin, tiene un argumento extra: pasaporte estadounidense, un atractivo clave para Cadillac. Si logra arrebatar el título a Leonardo Fornaroli, podría convertirse en la apuesta natural de la marca.

Mientras tanto, nombres como Colton Herta o Kyle Kirkwood, provenientes de IndyCar, parecen perder protagonismo frente a una generación de jóvenes pilotos europeos y americanos que podrían llevar a Cadillac a un debut con mezcla de experiencia y frescura en la parrilla.