A medida que se aproxima la revolución técnica de 2026 en la Fórmula 1, Lewis Hamilton no pierde tiempo. Aunque su debut oficial con Ferrari está programado para la próxima temporada, el siete veces campeón del mundo ya se involucra activamente en el desarrollo del monoplaza que pilotará. Desde Maranello, su enfoque es claro: identificar los puntos débiles del equipo y allanar el camino hacia una Scuderia más competitiva.

El reciente Gran Premio de Gran Bretaña marcó la primera vez en trece años que Hamilton no sube al podio en Silverstone. Sin embargo, lejos de desanimarse, el británico se mostró más decidido que nunca a acelerar el trabajo interno en Ferrari. De cara al próximo compromiso en Spa-Francorchamps, Hamilton rebajó expectativas, incluso con la llegada de una nueva suspensión trasera para el SF-25.

“Lo positivo es que están llegando nuevas piezas. Pero no, la nueva suspensión no lo cambiará todo. Nuestro ritmo de desarrollo no ha sido el que esperaba”, comentó con sinceridad el piloto.

Documentos, reuniones y simulador: el método Hamilton

Mucho antes de ponerse el mono rojo, Hamilton ya trabaja como si fuese piloto titular de Ferrari. Según reveló, ha mantenido múltiples reuniones con figuras clave del equipo como Benedetto Vigna, John Elkann, Frédéric Vasseur y Loïc Serra. Además, ha elaborado documentos técnicos detallando los problemas actuales del monoplaza y proponiendo líneas de mejora para los próximos desarrollos.

“Preparé documentos que presentaban los diversos problemas del coche y los cambios que se podrían implementar. También probé el coche de 2026”, explicó.

Este nivel de implicación refuerza el compromiso de Hamilton con Ferrari y su intención de no ser un piloto más en la historia reciente del equipo. “Muchos campeones han pasado por aquí —Alonso, Vettel, incluso Kimi— y solo uno logró el título. No quiero hacer lo mismo”, afirmó, marcando distancia con el pasado reciente de la Scuderia.

Spa como punto de inflexión

Aunque la nueva suspensión es una mejora tangible, Hamilton fue claro: no se trata de una solución milagrosa. En un fin de semana con formato sprint, la recopilación de datos será clave para entender cómo evoluciona el SF-25.

“Es difícil optimizar un nuevo paquete en un sprint. Tendremos que maximizar el tiempo en pista y la información que recopilen ambos coches”, advirtió.

La sesión del viernes en Spa podría marcar un antes y un después en el rumbo técnico de Ferrari. Aunque el rendimiento inmediato no es la prioridad, el enfoque metódico de Hamilton apunta a construir una base sólida que le permita al equipo competir de tú a tú en la nueva era que comenzará en 2026.