El circuito urbano, propuesto alrededor del recinto ferial IFEMA, no ha logrado atraer socios cualificados, lo que ha suscitado preocupaciones sobre la viabilidad futura del evento.
La reacción de los aficionados fue rápida y abrumadoramente negativa tras el anuncio del Gran Premio de Madrid, que ha arrojado una enorme sombra sobre el futuro del Gran Premio de España en Cataluña.
La preocupación por otro circuito callejero fue el sentimiento dominante en las redes sociales, con muchos cuestionando la necesidad de otra pista temporal en el calendario de F1 en constante expansión.
El Gran Premio de Madrid aún no debuta en la F1
En medio de estas dudas públicas, la consejera de Economía, Innovación y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, Engracia Hidalgo, admitió durante un reciente consistorio madrileño que no han aparecido inversores adecuados para apoyar el proyecto.
“Hemos constatado que no hay socios adecuados capaces de asumir las estrictas exigencias”, reveló Hidalgo.
Pese a ello, el portavoz oficial, Miguel Ángel García, ha asegurado que IFEMA, promotora de la carrera, está “cumpliendo con su programa de trabajo” de cara a la carrera de 2026.
García también enfatizó que el dinero de los contribuyentes no se utilizará para financiar el evento.
“IFEMA está cumpliendo con su programa de trabajo y dando los pasos necesarios para que nuestra región pueda acoger un evento como este”, afirmó.
“Seguimos tranquilos y el evento de Fórmula 1 está en plena marcha”.
En esa misma línea se ha expresado el delegado de Urbanismo de Madrid, Borja Carabante, que ha descartado cualquier duda sobre la viabilidad del evento: “No hay ningún pesimismo”, ha subrayado.
“Creo que es una noticia extraordinaria que venga un evento tan importante como la Fórmula 1, que supone mucho dinero en inversión y empleos directos, y sobre todo posiciona a Madrid como una capital que está viviendo su mejor momento”.
Sin embargo, los críticos siguen siendo escépticos y el grupo opositor Más Madrid compara la situación con el desafortunado Gran Premio de Europa en Valencia, que costó a las arcas públicas unos 300 millones de euros.
Han advertido de que la estabilidad financiera de IFEMA podría estar en riesgo si el proyecto de Fórmula 1 sigue adelante sin la inversión adecuada. Hidalgo trató de tranquilizar a la ciudad diciendo que las operaciones actuales de IFEMA cubrirían las pérdidas iniciales, y que se esperan beneficios a largo plazo.
Aunque el gobierno de Madrid continúa promocionando la carrera como un impulso a la economía local, el futuro del evento se ve empañado por la incertidumbre financiera que ha afectado a otras sedes.
El creciente calendario de la Fórmula 1 ha visto a varios circuitos tradicionales luchar por seguir el ritmo de los crecientes costos, y la oferta de Madrid para unirse a la lista de ciudades anfitrionas ya enfrenta obstáculos importantes.