Fue en el mes de febrero cuando surgió la explosiva noticia de la fusión entre Stellantis y Renault, una noticia relanzada desde múltiples frentes que, sin embargo, no fue seguida en los hechos, aunque nunca fue claramente desmentida.
Por eso, el rumor ha vuelto a circular muy tímidamente en las últimas horas, también a la luz de las dificultades de Stellantis en el primer semestre de l2024, y el director general Carlos Tavares dejó claro que podrían producirse recortes si las marcas no son rentables.
Comprar Renault significaría aumentar significativamente la potencia del grupo, teniendo en cuenta la salud de la empresa francesa, literalmente renacida gracias a las hábiles maniobras del directivo milanés Luca De Meo.
Las posibles implicaciones positivas de esta adquisición son muchas, empezando por la posibilidad de compartir plataformas de cara a un futuro exclusivamente eléctrico, principalmente el del Renault Twingo, que llegará en 2026.
Stellantis ya tiene varios pequeños verdes, por ejemplo el Fiat 500, sin olvidar el C3 y el recientemente presentado Grande Panda, por lo que se podrían aprovechar economías de escala. Evidentemente solo estamos haciendo una hipótesis, pero es lógico pensar que el citado De Meo podría situarse al frente del grupo, teniendo en cuenta el fuerte componente italiano presente en Stellantis, como Fiat (donde entre otras cosas trabajaba De Meo), Lancia y Alfa Romeo.
La operación de adquisición de Renault, suponiendo que alguna vez se complete, es poco probable que se produzca a corto plazo, pero quién sabe, puede que no llegue en el 2026, cuando se presentará oficialmente el nuevo Twingo. ¿Y cómo se vería esta nueva “asociación”?