Entre reglas, tensiones y la búsqueda de una F1 más ordenada, el presidente de la FIA encara su segundo mandato.
La temporada 2025 de Fórmula 1 cerró en Abu Dabi, pero los pulsos entre la FIA y los pilotos siguen tan activos como el propio campeonato. En un contexto donde el deporte evoluciona hacia una nueva era técnica y competitiva, Mohammed Ben Sulayem repasa sus primeros cuatro años de mandato en la antesala de su reelección en Tashkent, Uzbekistán.
Choques constantes en medio de una F1 más exigente
“ No esperaba enfrentar tantas situaciones que son simplemente de sentido común ”, comentó el presidente a la AFP. Según él, su gestión ha exigido recuperar una autoridad que, asegura, la FIA había perdido.
Los conflictos más visibles incluyen el recordatorio de la prohibición de usar joyas en pista en 2022, que crispó a figuras como Lewis Hamilton. Aquel episodio, que incluso derivó en una multa a Mercedes, abrió un debate mayor: ¿hasta dónde deben llegar las normas cuando hay seguridad de por medio?
Ben Sulayem lo resume así:
“Nunca habrá amor entre la FIA y los pilotos. Pero sí justicia”.
Conducta fuera de pista: Verstappen, el lenguaje y las sanciones
En 2024, Max Verstappen recibió servicio comunitario por lenguaje inapropiado en Singapur. Aunque polémico, el presidente insiste en que la regla es antigua y necesaria para la imagen global del deporte.
“Si controlan un coche a 300 km/h, también pueden controlar sus palabras”, argumenta.
La FIA ajustó en 2025 la multa mínima por estos casos, reduciéndola a 5.000 €, aunque manteniendo la línea dura en comportamiento.
Una reelección sin rival y un plan deportivo ambicioso
Ben Sulayem será reelegido este 12 de diciembre sin oposición, un proceso cuestionado, pero que él defiende como parte del reglamento vigente. Con su continuidad asegurada, el foco vuelve al terreno deportivo: la F1 está a meses de estrenar su nuevo reglamento 2026, con autos más ligeros, motores más eficientes y un ecosistema con nuevos actores como Audi, Ford y Cadillac.
Y ahí es donde la FIA espera mostrarse más firme y estable.
Una relación tensa que también afecta al deporte
Las reglas sobre joyas, lenguaje y conducta no son solo “políticas”; también impactan la dinámica deportiva. En un campeonato tan mediático como la F1, donde cada piloto es también una marca global, la FIA busca un equilibrio entre libertad, espectáculo y disciplina.
“Cuando decimos que no lleven joyas, es porque nos importan sus vidas”, recalca Ben Sulayem, subrayando que la competencia debe mantenerse segura y ordenada.
Un segundo mandato que coincide con una nueva era de la F1
Mientras las escuderías ya trabajan en sus monoplazas de 2026, crece la expectativa sobre cómo se gestionarán las nuevas alianzas técnicas y deportivas. Equipos, fabricantes y pilotos enfrentarán una F1 más rápida, más híbrida y más estratégica.
Para Ben Sulayem, el desafío será mantener la autoridad sin frenar la evolución del deporte:
“No cambiaría nada. Superamos ataques y desafíos, y seguimos avanzando”.
Con el campeonato 2026 a menos de 90 días de iniciar en Melbourne, la FIA entra en un segundo mandato decisivo. Las tensiones siguen vivas, pero también el compromiso de llevar al deporte hacia una etapa más clara y estructurada, justo cuando la F1 se prepara para reinventarse.