La tercera edición del Gran Premio de Las Vegas llega nuevamente con un reto único: será la carrera más fría de la temporada, con temperaturas nocturnas cercanas a los 10 °C y un trazado urbano extremadamente rápido. Para entender cómo afecta esto a los equipos, nada mejor que escuchar a quien dominó aquí el año pasado: Andrew Shovlin, director de ingeniería en pista de Mercedes.
Un circuito de baja carga… y agarre limitado
Shovlin lo deja claro desde el inicio: Las Vegas exige un paquete de baja carga aerodinámica, prácticamente el mismo que se usa en Monza. Además, la altitud de 600 metros reduce aún más la densidad del aire, lo que complica la estabilidad del coche.
“Es muy difícil para los pilotos controlar el coche con tan poca carga. Con rectas tan largas, no hay opción de usar un alerón grande; perderían demasiada velocidad en recta”, explica Shovlin.
Las características urbanas del circuito —muros cercanos, alta velocidad y zonas de frenado críticas— obligan a los pilotos a tomar riesgos y a los ingenieros a ajustar el setup con precisión quirúrgica.
El desafío real: llevar los neumáticos a temperatura
En Las Vegas, todo gira alrededor de los neumáticos. Con frío extremo y asfalto liso, encontrar la temperatura ideal es la clave para desbloquear el rendimiento.
“Si un auto llega al punto óptimo de temperatura y otro no, la diferencia puede ser de hasta un segundo por vuelta.”
Los equipos deben lograr que el neumático alcance grip en la vuelta de salida, aun cuando la primera frenada suele ser crítica por el exceso de frío. Ahí es donde aparecen bloqueos, derrapes y la sensación de un coche “despegado” del asfalto.
Un auto más bajo… aunque toque el suelo
Para las curvas lentas, los ingenieros bajan la altura del coche al límite. El monoplaza toca el asfalto en recta, pero es la única manera de encontrar estabilidad en el vértice de la curva.
“Para ser un circuito urbano, está bastante bien. Hay baches, pero se puede llevar el coche muy bajo.”
Las frenadas fuertes —como en la curva 14, una de las más exigentes del calendario— requieren precisión y confianza, porque los neumáticos no estarán en su mejor punto al inicio de la vuelta.

Estrategia: cuando el plan depende del clima
Pirelli llega a cada fin de semana con simulaciones que predicen las estrategias más rápidas, basadas en degradación, vida útil de los compuestos y tiempos de vuelta proyectados. Pero en un circuito tan frío y atípico, las condiciones pueden cambiar todo.
Los equipos, por su parte, utilizan su propio modelado interno y el método Montecarlo, que considera variables como tráfico, probabilidad de Safety Car y efectividad del DRS. En Las Vegas, con un asfalto poco consistente y frenadas duras, estas simulaciones adquieren un peso especial.
Un circuito único en el calendario
Las Vegas comparte rasgos con Bakú o Montreal, pero las bajas temperaturas la convierten en una carrera sin comparación directa. Es impredecible, exigente y, en palabras de Shovlin, sorprendentemente divertida para los pilotos.
Datos del GP de Las Vegas 2025
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Distancia: 50 vueltas / 192,6 millas
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Pole 2024: 1:32.312 – George Russell (Mercedes)
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Ganador 2024: George Russell (Mercedes)