El proyecto Audi F1, que debutará oficialmente en la parrilla en 2026 reemplazando a Sauber, sigue dando pasos clave en su preparación. El director del equipo, Jonathan Wheatley, habló en Bakú sobre el progreso del fabricante alemán, que afronta el desafío de unirse a la Fórmula 1 con estatus de constructor completo.
Aunque la entrada de Cadillac ha acaparado la atención como nuevo equipo en 2026, Audi no se queda atrás. La diferencia es clara: los estadounidenses se apoyarán inicialmente en motores Ferrari hasta que General Motors desarrolle su propia unidad de potencia en 2029, mientras que Audi avanza con un programa propio que integrará chasis y propulsor desde el inicio.
Fiabilidad antes que rendimiento
Wheatley subrayó que la prioridad actual es garantizar la fiabilidad del motor, incluso si eso implica no alcanzar de inmediato el máximo rendimiento:
“La prioridad ahora es la fiabilidad, ya que estaremos rodando con el coche en un plazo increíblemente corto”, señaló el director del equipo.
El primer gran hito será la integración del chasis y la unidad de potencia, programada para diciembre, un momento decisivo para comenzar la validación en pista.
Una agenda ajustada
El director del equipo reconoció que, por ahora, es prematuro hablar de rendimiento:
“Por supuesto, no sabremos nada al respecto hasta la primera sesión de clasificación y la primera carrera en Melbourne”, dijo.
Hasta entonces, Audi deberá equilibrar el desarrollo del coche con el trabajo conjunto de sus distintos departamentos, además de coordinarse con fabricantes clave en el área de motores.
Movimientos internos en el área de propulsión
Según informó Auto-Racer, el director de proyectos de motores, Wolff Zimmermann, habría acordado dimitir una vez concluida la primera versión del propulsor. Su adjunto, Lars Schmidt, podría seguirle en esta transición. Estos movimientos reflejan la complejidad de un proyecto que combina urgencia a corto plazo con una visión ambiciosa a largo plazo.
Un reto de largo alcance
Audi afronta 2026 con cautela, consciente de que el camino inicial estará marcado por la adaptación y la consolidación técnica. Sin embargo, la apuesta es clara: sentar las bases de un programa competitivo y sostenible que le permita desafiar a los grandes nombres de la Fórmula 1 en el futuro cercano.