En el Gran Premio de Azerbaiyán, Lando Norris terminó séptimo y generó debate sobre su enfoque en la lucha por el título. A pesar del abandono de su compañero Oscar Piastri, el británico no logró capitalizar una carrera que parecía favorable para McLaren.
Partiendo desde una decepcionante séptima posición, Norris completó una carrera sin errores graves, pero también sin la agresividad necesaria para avanzar. Una parada lenta en boxes y un reinicio tras el coche de seguridad complicaron su estrategia, aunque las verdaderas dudas llegaron por su falta de intentos de adelantamiento. Incluso cuando rodaba a solo tres décimas de Yuki Tsunoda, el británico prefirió mantener la posición antes que arriesgar un contacto en las calles de Bakú.
“Creo que hice todo lo que pude. El auto era difícil de conducir y adelantar era muy complicado”, explicó Norris, que defendió su actuación ante las críticas. Sin embargo, la comparación con Piastri vuelve a ser inevitable: en otras carreras, el australiano ha sabido aprovechar errores rivales que Norris dejó pasar.
El resultado deja un sabor agridulce para McLaren. Con el campeonato cada vez más apretado y Red Bull recuperando ritmo, la falta de agresividad de Norris en circuitos urbanos podría marcar la diferencia en la pelea por el título. Singapur, próximo en el calendario, será una nueva prueba de carácter para un piloto que necesita convertir consistencia en victorias.