François Provost debutó como CEO en el lanzamiento del nuevo Clio y adelantó un plan estratégico para 2026.
Renault presentó en septiembre la sexta generación del Clio, un modelo que no solo renueva la cara del superventas europeo, sino que también marca la primera gran puesta en escena de François Provost como nuevo director general de la marca. Su mensaje fue claro: Renault puede contener la ofensiva china con diseño emocional, mayor calidad y una experiencia digital a la altura.
Un Clio con nueva identidad
El nuevo Clio se desmarca del diseño evolutivo de las últimas generaciones para adoptar un estilo más audaz, con el objetivo de diferenciarse de competidores como el Toyota Yaris, el MG3 híbrido o incluso su hermano, el Dacia Sandero.
En lo técnico, incorpora el sistema híbrido actualizado de 160 CV —basado en el motor 1.8 litros de cuatro cilindros estrenado en el Dacia Bigster— con emisiones de 89 g/km, prácticamente al nivel del Yaris (87 g/km).
La cabina apuesta por la digitalización con el sistema OpenR Link con Google integrado, tecnología que hasta ahora estaba reservada para modelos de mayor tamaño. Según Provost, esta es una “experiencia de cliente única” que refuerza la percepción de calidad.
La amenaza china y el contexto europeo
Las marcas chinas ya representan el 5,3 % del mercado europeo, con avances firmes en segmentos compactos y urbanos. El MG3, por ejemplo, ya es el tercer híbrido más vendido de su clase. Frente a esa presión, Renault se siente vulnerable, pero Provost asegura que el plan es alcanzar la misma competitividad en costes y tecnología.
En paralelo, el directivo pidió cambios regulatorios en la Unión Europea. Según él, las normas actuales encarecen en exceso los autos pequeños y ponen en riesgo su viabilidad. Se sumó así a voces de Stellantis, que proponen crear un marco específico para coches urbanos, similar al de los kei cars japoneses, con el fin de mantener precios accesibles y renovar un parque automovilístico europeo cada vez más envejecido.
Reto de gestión y nuevo plan
Provost asume el mando tras la salida de Luca de Meo, artífice de la “Renaulution” y del regreso a los beneficios después de la crisis de 2020. Sin embargo, Renault reportó recientemente pérdidas por más de 11.000 millones de euros debido a la amortización de su participación en Nissan, lo que añade presión al nuevo liderazgo.
El próximo gran paso será la presentación de un nuevo plan estratégico, bautizado provisionalmente como Futurama, que se revelará en 2026. La meta: mantener la identidad de Renault en un mercado que vive la tensión entre la ofensiva china, las reglas europeas y la electrificación.