Las dos primeras fechas de la postemporada de la NASCAR Cup Series han puesto a Toyota en el centro de la escena. Con dominio en pista y resultados sólidos, la marca japonesa se posiciona como candidata, aunque su cúpula prefiere mantener los pies en la tierra.

“Es carrera a carrera, semana a semana. Cualquier cosa puede pasar”, recordó Tyler Gibbs, presidente de TRD, tras la victoria de Denny Hamlin en Gateway, la número 200 de Toyota en la categoría y la segunda consecutiva en estos playoffs.

En la apertura en Darlington, Chase Briscoe arrasó con la Southern 500 liderando la barrida de los cuatro primeros puestos, en una jornada en la que seis Toyota se metieron en el top 10 y lideraron 351 de 367 vueltas. Una semana después, Hamlin repitió contundencia desde la pole para asegurar su pase a la Ronda de 12, con seis autos de la marca otra vez en los 10 primeros y 164 de 240 vueltas al frente.

El balance es claro: dos victorias seguras, ritmo dominante y los cinco representantes de Toyota aún por encima de la línea de corte de cara a la eliminatoria de Bristol.

Aun así, en TRD saben que los playoffs no perdonan. “Bristol suele ser una pista buena para nosotros, pero es la carrera nocturna, y es de eliminación. Un solo error puede costarles caro a varios aspirantes”, advirtió Gibbs.

La última vez que Toyota alzó el título fue en 2019, con Kyle Busch, y desde entonces la marca ha estado presente de manera constante en el Championship 4 sin concretar la corona. Con Hamlin y Briscoe ya clasificados y Martin Truex Jr., Christopher Bell y Tyler Reddick bien posicionados, la ejecución en boxes y la estrategia aparecen como factores clave para dar el salto definitivo.

“El trabajo de los equipos ha sido increíble. Hemos superado los tropiezos del inicio de año para llegar listos a este momento”, agregó Gibbs.

Toyota está en racha, pero la lucha por el campeonato de Phoenix aún está lejos de definirse.