Lewis Hamilton vivió su primer Gran Premio de Italia como piloto de Ferrari y la experiencia lo dejó con un objetivo claro: ganar algún día en Monza con la Scuderia.

El británico fue uno de los protagonistas del fin de semana más esperado para los tifosi, con un ambiente único tanto en la pista como en las calles de Milán, donde participó en un evento multitudinario con los aficionados. Tras la carrera, Hamilton también se tomó un momento en la recta principal para compartir con el público, destacando lo especial que fue su debut en casa vestido de rojo.

“Creo que fue todo lo que uno podría desear. Es un sueño conducir para este equipo y voy a trabajar al máximo para algún día subirme a lo más alto del podio. Ese es mi sueño”, confesó.

En lo deportivo, Hamilton mostró un ritmo competitivo desde la clasificación, donde fue quinto, aunque tuvo que partir décimo en parrilla debido a una penalización arrastrada de Zandvoort. Con una remontada consistente, escaló hasta la sexta posición final, quedándose detrás de George Russell y sin opciones de atacarlo en las últimas vueltas.

“Definitivamente hubo buenos adelantamientos. Fue difícil avanzar desde la décima posición, pero creo que conseguimos lo máximo posible. Quizás podríamos haber terminado quintos si lográbamos superar a Mercedes, pero en general estoy satisfecho con nuestro rendimiento”, resumió.

El director del equipo, Fred Vasseur, coincidió en que Ferrari intentó arriesgar con la estrategia para superar a Russell, aunque finalmente no funcionó debido a la baja degradación de los neumáticos.

“Al final fue la mejor manera de intentar adelantar en pista. Tal vez podríamos haber parado antes, pero era la única forma de buscar algo diferente”, explicó el jefe de Ferrari.

Más allá del resultado, Hamilton se marcha de Monza con la convicción de que la comunión con los tifosi y el potencial del coche le dan motivos para soñar con un futuro triunfo en el templo de Ferrari.