El inesperado despido de Christian Horner como director del equipo Red Bull sigue generando reacciones dentro del paddock de la Fórmula 1, y ahora es el entorno de Max Verstappen quien pide explicaciones. Raymond Vermeulen, representante del tetracampeón mundial, ha señalado públicamente que la decisión de la escudería austríaca requiere mayor claridad.

Horner, quien estuvo al frente de Red Bull Racing durante 20 años y lideró al equipo a 14 títulos entre Campeonatos de Pilotos y Constructores, fue destituido abruptamente esta semana de sus funciones como CEO y director del equipo con efecto inmediato.

“La dirección de Red Bull nos había informado previamente de que se había tomado esta decisión. Le corresponde a Red Bull dar una explicación más detallada sobre el motivo. Seguimos priorizando el aspecto deportivo y buscamos un mayor rendimiento para volver a la cima. En ese sentido, nada cambiará”, declaró Vermeulen.

¿Un conflicto interno en el corazón del equipo?

A pesar del comunicado oficial, los rumores no tardaron en aparecer. Entre ellos, destaca la posibilidad de que el equipo de Verstappen —incluyendo a su padre Jos Verstappen y al propio Vermeulen— haya influido en la decisión de apartar a Horner. El piloto neerlandés, que agradeció públicamente a Horner tras la noticia, aún no ha hecho declaraciones sobre su futuro dentro del equipo.

Desde Sky Sports F1, el comentarista Martin Brundle sugirió que el entorno del piloto pudo haber jugado un papel clave en el giro de timón dentro de la escudería, que actualmente atraviesa una temporada complicada tanto en lo deportivo como en lo institucional.

En lo estrictamente competitivo, Red Bull ocupa el cuarto lugar en la clasificación de Constructores en la temporada 2025, muy lejos del líder McLaren, que se perfila como bicampeón tras ampliar su ventaja a 238 puntos sobre Ferrari.

¿Cambio de era?

La salida de Horner podría marcar un punto de inflexión en la era Red Bull-Verstappen, que conquistó cuatro títulos consecutivos entre 2021 y 2024. La combinación que parecía invencible ahora se encuentra en terreno inestable, con una lucha interna que pone en duda la continuidad de sus figuras clave.

Por ahora, Vermeulen opta por mantener la diplomacia, dejando la puerta abierta a futuras aclaraciones por parte del equipo. Mientras tanto, el paddock sigue atento a los próximos movimientos de Red Bull y, especialmente, a lo que decida su piloto estrella, cuyo contrato se extiende hasta 2028, pero que podría contar con cláusulas de salida en determinadas circunstancias.