Mientras las obras continúan en su sede principal de Fishers, Indiana, Cadillac F1 ya opera en el corazón del automovilismo británico: Silverstone. Allí, entre edificios industriales aún en desarrollo, se está gestando uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos tiempos en Fórmula 1: el nacimiento de un equipo oficial desde cero, con vistas al debut de la marca en la temporada 2026.
Sin coche terminado, sin motor aún operativo y con su fábrica norteamericana en construcción, Cadillac ya cuenta con 400 empleados contratados, 10.000 componentes fabricados y su primer chasis superando las pruebas de choque. Una estructura provisional, sí, pero plenamente activa, que avanza con ritmo de contrarreloj hacia su misión: estar en la parrilla dentro de poco más de 250 días.
“No se construye un equipo de F1 todos los días. Y definitivamente, no desde cero. Por eso, abrimos las puertas: porque esto solo ocurre una vez”, declaró Graeme Lowdon, director del equipo, al mostrar las instalaciones del equipo en el Reino Unido.
Silverstone, el punto de partida europeo
La base británica de Cadillac F1 está compuesta actualmente por seis edificios distintos en Silverstone Park, de los cuales tres serán permanentes: el Centro Técnico, el Centro de Producción y el Centro Logístico. Sin embargo, por ahora, gran parte del equipo funciona con soluciones temporales y departamentos distribuidos a lo largo del complejo, incluso compartiendo espacios.
El taller de maquetas, por ejemplo, convive con el almacén logístico; el primer chasis del coche de 2026 aún descansa en una plataforma provisional; y la oficina de diseño, aunque activa, está equipada con lo justo: pantallas de planificación y apenas unas imágenes históricas en la pared.
Detrás de esta austeridad no hay desorganización, sino una apuesta por lo esencial: el desarrollo del personal y la estructura operativa antes que la estética. Para Cadillac, lo importante hoy es hacer funcionar el equipo, no lucirlo.
Inspiración en la NASA y una gestión horizontal
Uno de los aspectos más innovadores del proyecto es su estructura organizativa, inspirada directamente en el proyecto Apolo de la NASA. En lugar de replicar el modelo jerárquico clásico de otros equipos —comparable al de una estructura militar—, Cadillac ha optado por una gestión plana, transversal y descentralizada.
“Necesitamos que los ingenieros en Silverstone hablen con sus colegas en Charlotte, Warren o Fishers sin escalar jerarquías ni cruzar fronteras organizativas. Todos deben estar alineados con la misión”, explicó Lowdon.
Actualmente, el equipo opera con 12 oficinas distribuidas entre el Reino Unido y EE.UU., todas interconectadas pero autónomas, donde lo esencial no es recibir órdenes sino comprender con claridad los objetivos técnicos, deportivos y estratégicos.
Una apuesta de riesgo… que avanza
Cuando Cadillac decidió comenzar la construcción del equipo, aún no tenía garantizada su entrada a la F1. Pero los plazos no perdonan: según Lowdon, se necesitan al menos dos años y medio para levantar un equipo completo y desarrollar un coche competitivo. Si esperaban confirmación oficial, sería demasiado tarde.
Hoy, 116 días después de esa confirmación, los números impresionan:
- 400 personas contratadas.
- 10.000 piezas ya producidas.
- 6.000 órdenes de compra emitidas.
- 30 nuevos proveedores incorporados solo en la última semana.
- Más de 5 petabytes de datos CFD generados y almacenados.
Una muestra clara de que el proyecto Cadillac F1 no es una idea futura, sino una operación en pleno funcionamiento.
¿Puede funcionar una F1 “made in USA”?
Uno de los grandes desafíos del proyecto es demostrar que un equipo basado parcialmente en Estados Unidos puede competir de igual a igual con estructuras asentadas históricamente en el Reino Unido o Italia. Pero Lowdon confía plenamente en el potencial técnico del grupo:
“Existe la percepción de que la F1 solo puede hacerse en Europa. Pero los estadounidenses pusieron al hombre en la Luna. La ingeniería que estamos viendo en nuestros centros de GM es de primer nivel.”
El desarrollo de subsistemas ya está en marcha desde el GM Technical Center en Charlotte, y tanto el departamento de motores como la sede definitiva en Indiana avanzan a contrarreloj.
Un equipo nuevo que no quiere actuar como novato
La carrera de Cadillac hacia 2026 está marcada por un enfoque poco convencional, una estructura multinacional y una cultura de innovación que bebe tanto de la ingeniería de precisión como del espíritu pionero estadounidense.
¿Será suficiente para competir desde el primer año? Esa es la gran incógnita. Pero si algo queda claro al recorrer las instalaciones de Silverstone, es que el proyecto ya está en marcha, las decisiones están tomadas y la ambición es real.
“¿Es como poner un hombre en la Luna?”, se pregunta Lowdon. “Quizás no… pero a veces lo parece.”