A sus 44 años, Fernando Alonso sigue demostrando que la edad, al final, es solo un número. Mientras la Fórmula 1 avanza hacia el gran cambio reglamentario de 2026, el español atraviesa la temporada 2025 con la paciencia de quien sabe que el tiempo apremia, pero también con la determinación intacta de un competidor que se niega a rendirse.
Desde su último título mundial, que cumplirá 20 años en 2026, Alonso ha acumulado lo que él mismo ha definido como “años de transición”. Sin embargo, tras 22 temporadas en la Fórmula 1 —interrumpidas únicamente por su paso por el WEC—, el asturiano sigue mostrando en pista la energía y el hambre de un joven debutante, decidido a exprimir cada oportunidad. Su actuación en el Gran Premio de Hungría fue una prueba más de ello.
De un inicio complicado a un cierre en alza
La primera mitad del año estuvo lejos de ser ideal. Tres abandonos, dos 15.º puestos y tres 11.º lugares en las primeras ocho carreras dejaron a Alonso con apenas 16 puntos al llegar a Budapest, incluso cuatro menos que su compañero de equipo, Lance Stroll. Pero bastó ese fin de semana para cambiar la narrativa: una clasificación brillante le permitió largar quinto y confirmar que, cuando el contexto acompaña mínimamente, el talento sigue marcando diferencias.
Desde entonces, el español fue revirtiendo la tendencia con actuaciones sólidas y consistentes. La historia de la temporada recordará especialmente su cuarto puesto en la clasificación sprint de Qatar, seguido por dos séptimos lugares entre el sábado y el domingo. Y, por supuesto, su cierre en Abu Dhabi, con un sexto puesto tanto en clasificación como en carrera.
Ese resultado le permitió escalar del 12.º al 10.º lugar del Campeonato de Pilotos, superando a Stroll, que finalizó 16.º. Un desenlace que, más allá de los números, refuerza las sensaciones positivas de cara al futuro inmediato.
Mirando a 2026 con serenidad… y esperanza
Con la llegada de Adrian Newey a Aston Martin y un nuevo reglamento técnico en el horizonte, Fernando Alonso afronta el futuro con una calma poco habitual en un piloto de su intensidad. El cambio de normativa promete reordenar la parrilla y, para el asturiano, representa algo más que una simple evolución técnica.
“Este es el último cambio de reglamento que experimentaré, y es mi última oportunidad de intentar ganar otro Gran Premio, disfrutar de los buenos momentos, subir al podio y luchar por un campeonato”, confesó al diario AS.
“Hay mucha esperanza en el cambio de 2026. Aunque no es ni más ni menos significativo que los anteriores, para mí, emocionalmente, es un cambio muy importante”.
Un Aston Martin irregular y un luchador incansable
Durante 2025, Alonso convivió con un Aston Martin inconsistente: competitivo en circuitos lentos, pero vulnerable en trazados rápidos. Aun así, el bicampeón del mundo nunca bajó los brazos. Fiel al espíritu combativo que lo ha definido toda su carrera —y al samurái tatuado en su espalda—, siguió empujando incluso cuando los resultados no acompañaban.
Fuera de su monoplaza, Alonso también ha sido sincero al reconocer que la edad empieza a pesar, especialmente frente a un calendario cada vez más exigente. Viajes encadenados como Las Vegas, Qatar y Abu Dhabi en apenas tres semanas son un desafío físico y mental incluso para los más jóvenes.
Su admisión de que podría retirarse a finales de 2026, si vuelve a experimentar la emoción de una lucha real por el título, deja claro que, aunque sigue siendo indestructible en pista, Fernando Alonso comienza a pensar en el día después de la Fórmula 1.
Por ahora, sin embargo, el fuego sigue encendido. Y mientras exista una mínima posibilidad de volver a ganar, el asturiano seguirá allí, desafiando al tiempo una vez más.