Greg Biffle, uno de los 75 mejores pilotos en la historia de NASCAR y una figura muy respetada dentro y fuera de las pistas, falleció el jueves a los 55 años en un accidente aéreo ocurrido en Carolina del Norte. En el siniestro también murieron su esposa Cristina, su hijo Ryder, su hija Emma, así como Dennis Dutton, su hijo Jack y Craig Wadsworth.
Las autoridades confirmaron que siete personas perdieron la vida cuando un avión Cessna Citation se estrelló al intentar aterrizar en el Aeropuerto Regional de Statesville, alrededor de las 10:15 a. m. (hora del Este). La Administración Federal de Aviación (FAA) inició una investigación y el aeropuerto fue cerrado de manera indefinida, según informó su gerente, John Ferguson.
Un mensaje de las familias
Las familias de las víctimas emitieron un comunicado conjunto en el que expresaron su profundo dolor por la tragedia y solicitaron privacidad para afrontar la pérdida. En el mensaje destacaron el rol de Greg y Cristina como padres devotos y filántropos activos, así como la calidez humana de Emma y la alegría de Ryder. También recordaron con cariño a Dennis y Jack Dutton, y a Craig Wadsworth, muy querido dentro de la comunidad NASCAR.
La reacción de NASCAR
NASCAR expresó su consternación a través de un comunicado oficial, subrayando que Biffle fue mucho más que un piloto exitoso:
“Greg fue un miembro querido de la comunidad NASCAR, un competidor feroz y un amigo de muchos. Su pasión por las carreras, su integridad y su compromiso con los demás dejaron una huella imborrable en el deporte”.
La organización también resaltó su labor humanitaria, especialmente su participación activa en los esfuerzos de rescate y ayuda tras el huracán Helene, que afectó gravemente al oeste de Carolina del Norte.
Una carrera marcada por el éxito
Biffle construyó una trayectoria de 15 temporadas en la NASCAR Cup Series, con 19 victorias y 515 largadas, casi todas con Roush Racing. Fue campeón de la Craftsman Truck Series en 2000 y de la Xfinity Series en 2002, consolidándose como uno de los pocos pilotos capaces de triunfar en múltiples categorías.
Tras su ascenso a la Cup Series en 2003, logró al menos una victoria en cada una de sus primeras seis temporadas, destacando especialmente en 2005, cuando sumó cinco triunfos y finalizó subcampeón del campeonato, su mejor resultado general.
Nacido en Vancouver, Washington, llamó la atención de Jack Roush tras su desempeño en la serie Winter Heat de Tucson. Su ética de trabajo y consistencia lo llevaron a convertirse en una de las piezas clave del crecimiento de Roush Racing durante la década de 2000.
Reconocimientos y últimos años
En 2023, fue incluido en la lista de los 75 mejores pilotos de NASCAR, un reconocimiento entregado en Darlington Raceway, escenario de algunas de sus victorias más recordadas. Un año después, fue nominado al Salón de la Fama de NASCAR y recibió el Premio Myers Brothers de la NMPA por sus aportes al deporte y su compromiso con la comunidad.
En pista, Biffle siguió compitiendo de forma parcial en los últimos años, incluyendo participaciones en la Cup Series y la ARCA Menards Series West, donde aún logró resultados destacados.
Un legado más allá de las pistas
Si bien su nombre siempre estará ligado a los títulos y victorias, Greg Biffle dejó una marca profunda por su compromiso humano. Tras el huracán Helene, lideró misiones de rescate en helicóptero hacia comunidades aisladas, utilizando su visibilidad para canalizar ayuda y mantener la atención sobre quienes más lo necesitaban.
“Hay comunidades que están devastadas, y no quiero dejar a nadie atrás”, había declarado en ese momento.
Hoy, NASCAR despide no solo a un campeón, sino a una figura que entendió que el impacto de un piloto también se mide fuera del asfalto.