Estas advertencias llegan justo cuando la industria automotriz parecía estabilizarse tras los años de escasez global de chips provocada por la pandemia.
A la tensión tecnológica se suman otros factores como los nuevos aranceles impulsados por Donald Trump y la ralentización en la demanda de vehículos eléctricos, que ya venían afectando las proyecciones de ventas de varios fabricantes.

El panorama se complica además por el incendio ocurrido en septiembre en la planta de Novelis en Oswego, Nueva York, uno de los principales proveedores de aluminio para Ford, Stellantis y otros fabricantes norteamericanos.
Aptiv confirmó haber experimentado una ligera caída en el volumen de producción, mientras que BorgWarner estimó un impacto financiero de entre 50 y 100 millones de dólares en su cuarto trimestre.


Resultados mixtos y ajustes de previsión

A pesar de los desafíos, Aptiv mostró sólidos resultados financieros. La compañía elevó su proyección anual de beneficios ajustados por acción a entre 7,55 y 7,85 dólares, superando el rango previo, gracias al sostenido crecimiento de sus sistemas eléctricos y de software.
Las ventas netas trimestrales aumentaron un 7,4 %, hasta 5.210 millones de dólares, con una ganancia por acción de 2,17 dólares, por encima de los 1,83 dólares del año anterior.

BorgWarner, en cambio, reportó una caída del 32 % en su beneficio neto del tercer trimestre, que se situó en 158 millones de dólares. Sin embargo, el resultado superó las previsiones de los analistas, impulsado por la demanda de turbocompresores y sistemas de propulsión.
Las ventas totales crecieron un 4,1 %, hasta 3.590 millones de dólares, en línea con lo esperado, y la compañía ajustó ligeramente su previsión anual, ahora entre 14.100 y 14.300 millones de dólares.


Con estos eventos, el sector de componentes automotrices vuelve a enfrentar un entorno de alta volatilidad, marcado por la intersección entre política, energía y tecnología. Aptiv y BorgWarner, dos actores clave en la electrificación del transporte, deberán equilibrar su expansión tecnológica con una gestión aún más rigurosa de sus cadenas de suministro globales.