A falta de dos vueltas para el final del Gran Premio de México, la dirección de carrera decidió activar el  Virtual Safety Car (VSC) tras el abandono de Carlos Sainz, lo que neutralizó una definición que prometía emoción entre los primeros puestos.

El piloto de Williams hizo un trompo en el Foro Sol y quedó detenido fuera de la pista, en una zona de escape. Sin embargo, los comisarios consideraron que el monoplaza estaba en una posición expuesta y con riesgo de incendio, por lo que se ordenó la neutralización para permitir su retiro en condiciones seguras.

La medida generó controversia, ya que en ese momento Max Verstappen se encontraba a solo 0.2 segundos de Charles Leclerc por el segundo puesto, mientras que Oscar Piastri presionaba a Oliver Bearman por el cuarto lugar. Ambos duelos quedaron anulados por el VSC.

Habría sido divertido”, lamentó Verstappen al final de la carrera, mientras que Leclerc reconoció haberse beneficiado: “El coche de seguridad me salvó”.

Foto: © Eric Alonso / DPPI

La FIA, ante las críticas, explicó que la decisión respondió a “avisos de incendio” en el auto de Sainz, lo que obligó a los comisarios a intervenir. El organismo recordó que, en tales casos, el protocolo exige neutralizar la carrera hasta que el vehículo esté completamente asegurado.

Algunos observadores sugieren que el exceso de precaución podría estar relacionado con un incidente previo en la primera vuelta, cuando Liam Lawson estuvo cerca de impactar contra dos comisarios que cruzaban la pista.

El episodio cerró con polémica un Gran Premio que parecía destinado a resolverse en pista, y volvió a poner bajo la lupa los criterios de actuación de la FIA en momentos decisivos de carrera.