Max Verstappen llega al Gran Premio de Singapur 2025 en plena racha: tras ganar en Monza y Bakú, el tricampeón mundial ha vuelto a poner presión sobre McLaren y su dupla de pilotos, Oscar Piastri y Lando Norris.

Lo que parecía un dominio absoluto de McLaren durante gran parte del año ahora se enfrenta a un desafío real. Una tercera victoria consecutiva en Marina Bay confirmaría que Red Bull ha recortado distancias y que el título ya no es solo una cuestión interna entre Piastri y Norris.

Patrese: “Verstappen no está acabado”

El expiloto y ganador de F1, Riccardo Patrese, opinó antes del GP de Singapur:

“Max Verstappen aún no está muerto. Ha dado mucho que pensar a McLaren, Piastri y Norris. Nunca he visto tantos errores como en Bakú; la próxima carrera no debería volver a ocurrir”.

Patrese apuntó directamente a las oportunidades perdidas de McLaren, en especial tras los fallos de Piastri y la falta de contundencia de Norris para capitalizar esas circunstancias.

Foto: F1 Media

McLaren entre la amenaza externa y la interna

Con siete victorias de Piastri y cinco de Norris, McLaren sigue liderando el campeonato. Sin embargo, el repunte de Verstappen con el RB21 plantea un dilema estratégico:

  • Mantener la lucha abierta entre sus pilotos.
  • O imponer órdenes de equipo para resistir la presión de Red Bull.

Patrese lo resumió así:

“Si Verstappen gana otra carrera, McLaren tendrá que pensar en órdenes de equipo. No pueden permitirse que Norris y Piastri se peleen mientras Max aprovecha la situación”.

Panorama del campeonato

  • Piastri: líder con ventaja sólida, pero bajo presión.
  • Norris: persigue a su compañero, aunque dejó escapar puntos clave.
  • Verstappen: revitalizado, con confianza y un coche que mejora carrera a carrera.

En palabras del propio Patrese, las últimas victorias del neerlandés fueron claras:

“En las dos últimas carreras desapareció de la cabeza. ¡No lo vieron en la televisión, estaba tan por delante!”.

Singapur, punto de inflexión

El GP nocturno en Marina Bay no será una cita más. Para Verstappen, es la oportunidad de transformar el impulso en una verdadera pelea por el título. Para McLaren, la necesidad de reafirmar el control antes de que la amenaza externa de Red Bull convierta su lucha interna en un riesgo estratégico.