Con dos victorias consecutivas en su haber, Max Verstappen se enfrentará este fin de semana al circuito urbano de Marina Bay, escenario que nunca ha logrado conquistar. El holandés llega con impulso renovado en la lucha por su quinto título mundial, pero también con la asignatura pendiente de vencer en Singapur.
En ocho participaciones en la ciudad-estado, Verstappen nunca ha logrado la pole position ni la victoria, y solo ha liderado tres vueltas (2018). El año pasado consiguió su mejor resultado allí, con un segundo puesto a casi 20 segundos del ganador, Lando Norris. En total, ha sumado 79 puntos en este trazado.
El reto técnico de Marina Bay
Las dos victorias más recientes de Verstappen llegaron en circuitos de baja carga aerodinámica (Monza y Bakú), donde el RB21 mostró solidez. Marina Bay, en cambio, exige una configuración de alta carga, un terreno donde McLaren suele destacar. El MCL39, pese a algunos tropiezos de fiabilidad, se mantiene como el monoplaza más rápido en ritmo puro, lo que convierte a los de Woking en los principales rivales.
El factor físico y la consistencia
El GP de Singapur es la cita más demandante del calendario por calor y humedad extremos, lo que convierte la resistencia física y mental en un factor clave. Allí Verstappen podría encontrar una ventaja: mientras que McLaren ha tenido actuaciones veloces, también ha mostrado grietas en consistencia. Oscar Piastri se estrelló en Bakú y Norris cometió errores en circuitos urbanos como Yeda y Azerbaiyán.
¿Un punto de quiebre en el campeonato?
Si Verstappen logra romper la racha negativa en Marina Bay, sumaría su primera victoria en Singapur y su tercer triunfo consecutivo de la temporada, golpeando psicológicamente a McLaren en plena recta final del campeonato. Aunque las estadísticas no lo favorecen, su estado de forma y la irregularidad de sus rivales le abren la puerta a hacer historia este fin de semana.