A sus 20 años, Oliver Bearman vive su primera temporada completa como piloto titular en la Fórmula 1 con Haas, pero su debut inesperado con Ferrari en 2024 sigue siendo el recuerdo más especial de su carrera.

El británico, miembro de la Ferrari Driver Academy, estaba en Yeda disputando la Fórmula 2 cuando recibió la llamada para sustituir a Carlos Sainz, ausente por una apendicitis. “Arabia Saudita es sin duda mi mejor momento hasta ahora, pero espero que haya otros que lo superen. Fui muy feliz ese fin de semana”, recuerda Bearman, que logró una sólida actuación en su primera experiencia con el monoplaza de Maranello.

Su vínculo con el automovilismo comenzó mucho antes. Hijo de David Bearman —fundador de Aventum Group y uno de los padres con mayor patrimonio de la parrilla—, Oliver creció entre circuitos, acompañando a su padre en carreras de club en el Reino Unido. “Me enamoré del ruido, el olor y la velocidad. Sabía que eso era lo que quería hacer”, relata. Su primer contacto al volante fue en el kartódromo de Buckmore, a los seis años.

Tras un paso por la F2 y seis sesiones de entrenamientos libres con Haas en 2024, Bearman inició 2025 con tres Grandes Premios consecutivos en los puntos. Sin embargo, no ha vuelto a terminar en el top 10 desde Arabia Saudí a finales de abril. Actualmente es 19.º del campeonato con 8 puntos, 19 menos que su compañero Esteban Ocon.

Pese a los altibajos, el británico mantiene la ambición intacta. “Espero luchar por un campeonato mundial. Quiero demostrar que merezco mi lugar en un equipo de élite y que puedo darlo todo para conseguirlo”, afirma. Su contrato con Haas y Ferrari se extiende hasta 2026, coincidiendo con la vigencia de Lewis Hamilton en Maranello. Bearman ya mira al futuro con una meta clara: convertirse en el sucesor natural del siete veces campeón del mundo.