Charles Leclerc arrancó el Gran Premio de Hungría 2025 con la esperanza de concretar un resultado fuerte para Ferrari. Desde la pole position, y con un sólido primer stint, el monegasco parecía tener el control. Sin embargo, en las últimas 20 vueltas, su ritmo se desplomó inexplicablemente. ¿Qué ocurrió realmente?
De candidato a víctima en 20 vueltas
Hasta el primer relevo, Leclerc logró mantener a raya a los McLaren y parecía con opciones reales al podio. Pero luego todo se desmoronó. Fue superado con facilidad por George Russell y no pudo contener el ataque de los líderes, cerrando cuarto y visiblemente frustrado por radio. A Canal+ solo atinó a comentar: “Hubo un problema de chasis”, sin entrar en detalles.
La teoría del alerón y el mapa motor
Según el periodista Adam Cooper, Leclerc apuntó después de la carrera a un cambio en la configuración del alerón delantero, más agresivo aerodinámicamente de lo previsto, que podría haber afectado negativamente el comportamiento del SF-25. Este cambio habría sido decidido por el equipo antes de la carrera, sin una intervención posterior del piloto.
A eso se suma el cambio de mapa motor impuesto por su ingeniero Bryan Bozzi durante la carrera, aparentemente para reducir la velocidad máxima. ¿La razón? Podría haber sido una medida preventiva.
¿Miedo a otra descalificación?
Una hipótesis que cobra fuerza es que Ferrari temía otra infracción por desgaste excesivo del suelo, como la que dejó fuera a Leclerc en Shanghái. A pesar de la nueva suspensión trasera estrenada en Spa, bajar la altura del coche sigue siendo un riesgo. Elevar presiones de neumáticos y limitar el rendimiento del motor serían medidas destinadas a evitar contacto excesivo con la tabla de deslizamiento.
George Russell, tras revisar la telemetría, sugirió justamente eso: “Creo que Ferrari tuvo que elevar el coche. Usaron presiones más altas y bajaron el mapa motor. Probablemente estaban al límite con el desgaste del fondo plano”, declaró el británico.
¿O fue falta de combustible?
La otra teoría apunta a un problema más simple pero igual de crítico: el combustible. Casos recientes, como el de Lewis Hamilton en Spa, mostraron cómo un error en la gestión del consumo puede forzar a un piloto a levantar el pie. Leclerc llegó a perder casi dos segundos por vuelta en el cierre de la carrera, algo inusual salvo por una orden clara de ahorro.
¿Error puntual o síntoma estructural?
Si la hipótesis del combustible se confirma, Ferrari habría cometido un error de planificación grave, lo que deja mal parado al equipo en un momento crucial de la temporada. Si, en cambio, la causa fue aerodinámica o estructural, el problema es más profundo. En ambos escenarios, la Scuderia tiene trabajo pendiente para evitar repetir este tipo de situaciones, especialmente con 2026 en el horizonte.