Oscar Piastri perdió una victoria que parecía segura en el Gran Premio de Gran Bretaña 2025, pero no fue en la pista, sino en los despachos. El australiano fue penalizado con 10 segundos y dos puntos en su Superlicencia por una maniobra considerada “errática” en la reanudación tras el coche de seguridad. ¿Fue justa esa decisión? Todo apunta a que sí.

¿Qué ocurrió?

En la vuelta 21, tras varias vueltas neutralizadas por lluvia, el safety car apagó sus luces, indicando que volvería a boxes. En ese momento, Piastri, que lideraba la carrera, redujo repentinamente la velocidad en plena recta: su McLaren pasó de 245 km/h a 79 km/h en segundos, aplicando una presión de freno de 59,2 psi. Esta desaceleración sorprendió a Max Verstappen, que venía justo detrás y terminó adelantándolo brevemente.

La maniobra fue catalogada por los comisarios como “errática y potencialmente peligrosa”, especialmente porque se dio en condiciones de poca visibilidad y con los autos agrupados. En estos contextos, una frenada brusca puede causar accidentes en cadena, como ya ocurrió en Mugello 2020.

¿Por qué la sanción fue tan dura?

La FIA ha actualizado recientemente sus criterios respecto a conductas peligrosas en reinicios. Ahora, una frenada injustificada o repentina puede implicar una sanción que va desde una reprimenda hasta 10 segundos y puntos en la Superlicencia. Piastri recibió el castigo máximo permitido dentro de este rango.

Comparado con incidentes similares, como el de George Russell en Canadá donde también hubo una frenada antes del reinicio, la diferencia es clara: la presión de freno del Mercedes fue de solo 30 psi, la mitad de lo que aplicó Piastri en Silverstone.

¿Fue merecida?

Desde el punto de vista reglamentario, sí. La penalización tiene sustento técnico y busca preservar la seguridad del grupo. Aunque desde lo emocional se puede entender la frustración de Piastri, la maniobra comprometía la integridad del resto de pilotos.

Además, se da en un contexto donde la FIA está siendo cada vez más estricta en este tipo de situaciones. La decisión de los comisarios responde a un estándar claro, y no a una interpretación caprichosa.

Conclusión

Oscar Piastri cometió un error que, aunque tal vez no malintencionado, fue lo suficientemente grave como para merecer una sanción. En tiempos de máxima atención a la seguridad, y en condiciones meteorológicas adversas, no hay margen para maniobras arriesgadas en los reinicios.

Piastri tendrá revancha pronto, y seguramente aprenderá de este episodio. Pero en Silverstone, el reglamento habló más fuerte que la emoción de la pista.