Parece que fue ayer, pero han pasado 30 años desde el 11 de junio de 1995, el día en que Jean Alesi por fin cumplió su sueño de ganar una carrera con Ferrari. Y, para no perderse nada, lo hizo el día de su 31.º cumpleaños.

Una carrera llena de acción desde las primeras vueltas. Partiendo quinto, Jean ya era tercero al final de la segunda vuelta, tras aprovechar el grave error de Coulthard con el Williams, que se quedó atascado en la arena, mientras adelantaba a su compañero de equipo Gerhard Berger. Recuperó dos posiciones en pocas decenas de metros y terminó tercero, por detrás de Michael Schumacher con el Benetton y Damon Hill con el otro Williams.

En condiciones normales, esta podría haber sido la clasificación final de la carrera; pero la mala suerte que tantas veces había afectado al francés, en ese día de celebración, decidió concederle un merecido descanso. En una carrera donde, entre accidentes y averías, 9 de los 26 pilotos llegaron a la meta, de los cuales solo cinco completaron vueltas, la fortuna quiso primero a Hill, aunque detrás de Jean, con la rotura de la caja de cambios del FW17 y luego jugarle una mala pasada a la electrónica del Benetton #1, a 11 vueltas del final.

Con la caja de cambios atascada en tercera, Schumi se vio obligado a parar para resetear todo el sistema electrónico y sustituir el volante, desperdiciando la ventaja de más de medio minuto que tenía sobre el Ferrari y volviendo a pista en séptima posición.

Las últimas 11 vueltas fueron una carrera colectiva, con el Ferrari n.° 27 en cabeza, seguido a distancia por los dos Jordan de Barrichello e Irvine, a 22 y 30 segundos respectivamente. El equipo del difunto Eddie sería el único en terminar la carrera con ambos coches. No sabemos lo largas y dolorosas que fueron esas últimas vueltas para Jean, consciente de las desgracias de los años anteriores y de las oportunidades que se le escaparon cuando habrían sido merecidas. Pero, finalmente, ese día la mala suerte decidió tomarse un día de playa.

En medio de la alegría general, Alesi finalmente cruzó la meta de su primera (y desafortunadamente única) victoria profesional, al volante de ese Ferrari que adoraba y el día de su cumpleaños. Fue un día emotivo para él, para los Rojos y también para la F1, que por fin vio a uno de los pilotos más queridos de la parrilla en lo más alto del podio, tanto que lo sigue siendo hoy. Un chico tremendamente impulsado por su pasión por las carreras y por el Cavallino Rampante que, por fin, había cumplido su sueño de subir allí, delante de todos.

En el recuerdo queda aquella media vuelta a lomos del Benetton de Schumi, quien llegó quinto y fue un buen compañero en el regreso, con el Ferrari quedándose sin combustible; afortunadamente, y finalmente, con unos segundos de retraso. El de la imagen es uno de los regresos más bellos de la historia, comparado en los comentarios del gran Murray Walker con el paso de Nigel Mansell a Ayrton Senna en Silverstone, en 1991. Otro momento histórico de la F1 de antaño.

Treinta años después, todo ha cambiado, pero el recuerdo y los buenos recuerdos perduran. Feliz cumpleaños, pues, a Jean Alesi, con el dulce recuerdo de un día inolvidable: para sus fans, Ferrari, la antigua F1, pero, sobre todo, para él.